martes, 31 de marzo de 2015

Jornadas cuentacuentos

Como en el curso anterior, deseamos programar unas jornadas de “Puertas abiertas para contar cuentos en familia” en la biblioteca del colegio, el lunes 20 de abril y el miércoles 22, en sesiones de mañana y tarde.
Solicitamos de nuevo vuestra colaboración pues el curso pasado fue evaluada por alumnos y profesores como una experiencia muy enriquecedora.



jueves, 26 de marzo de 2015

Invitación a la reflexión

Elogios sí, pero los adecuados.
"Para incentivar su motivación de logro, el alumno ha de ser consciente de su propio progreso. Es por ello que resulta beneficioso utilizar refuerzos sociales como el elogio, siempre que sea adecuado. Cuando elogiamos al alumno por su esfuerzo o actitud y no por su capacidad o inteligencia estamos fomentando su perseverancia y cuando se enfrente a tareas novedosas de mayor dificultad será más difícil que decaiga su empeño. Por otra parte, el elogio específico (“Veo que estáis asumiendo grandes responsabilidades en este trabajo”) es más beneficioso que el general (“Buen trabajo chicos”). Y no olvidemos la importancia de determinados refuerzos no verbales como pueden ser una mirada cómplice, una sonrisa o un simple golpecito en la espalda del alumno."
Os animo a leer el artículo "Emociones positivas en el aula: una cuestión de actitud"

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Efecto Pigmalión

 Esta entrevista a Alba García Barrera apareció hace un año en  el periódico ABC familia. 
Su lectura invita a la reflexión.
"Es muy tímido», «es muy malo y desobediente», «no se entera de nada», «es pasivo»...
Lo que pensamos, lo que decimos... A veces no somos plenamente conscientes pero juzgamos y etiquetamos a los niños prematuramente, condicionando su comportamiento y produciéndoles unas heridas que, metafóricamente, pueden llegar a estar sangrando durante muchos años si no se reconocen y cicatrizan correctamente. Es el llamado «efecto pigmalión» de los padres sobre los hijos, o de los profesores sobre los alumnos. «Demasiadas veces se pronuncian expectactivas o prejuicios durante el proceso comunicativo con los más pequeños sin tener en cuenta que en el futuro pueden originar sentimientos, comportamientos o rendimientos no esperados y/o deseados», apunta Alba García Barrera, profesora de Psicología de la Universidad a Distancia de Madrid (Udima). «En toda relación entablada con niños y adolescentes debe prestarse especial atención a la forma en que expresamos y transmitimos nuestras ideas, especialmente aquellas que afectan a su propia forma de ser, actuar o pensar sobre una determinada cuestión. En estas etapas los jóvenes se encuentran en pleno desarrollo físico, psicológico y afectivo, por lo que son altamente vulnerables a la influencia que puede llegar a ejercerse sobre ellos por medio de la comunicación. Es bastante fácil que, con nuestras palabras, afectemos al autoconcepto y la autoconfianza del niño», explica García Barrera.
¿Por qué sucede esto? «Porque solemos olvidar que una persona desarrolla su autoconcepto en función de las expectativas que depositan sobre nosotros las personas de referencia en nuestro entorno», prosigue esta especialista. «Es decir, un niño va formando el concepto que tiene de sí mismo en base a las valoraciones que recibe de sus padres, de sus abuelos, de sus tios, de sus maestros... Y si bien de pequeñito no le consideran capaz de hacer determinada cosa, muy probablemente acabe siendo incapaz de hacerla. Y no porque no tenga capacidad o habilidades suficientes, sino porque su entorno más próximo le está transmitiendo este mensaje, que difícilmente le invitará siquiera a intentarlo, a probar suerte... Se sentirá menos capaz que ellos y pensará que no puede hacerlo, que no tiene capacidad suficiente... y por tanto, será peor. Esto es lo que se conoce como "efecto Pigmalión" y ya fue demostrado en un estudio por Rosenthal y Jacobson», advierte.

«Trato diferencial» entre hermanos

Por otra parte las expectativas, prosigue esta docente, pueden depositarse en base al llamado «efecto halo». «Pongamos un ejemplo. En el entorno familiar sucede a menudo a través de las comparativas directas e indirectas con los hermanos, ya sean mayores o pequeños. Es común escuchar a un padre o a una madre decir a su hijo, cuando se está portando mal, "a ver si aprendes de tu hermano". Incluso muchas veces se tiende a regañar siempre al niño que se suele portar mal, solo por el hecho de que suele hacerlo con frecuencia, cuando en un momento dado ha podido ser al revés. Ningún niño se porta siempre bien, ni ningún niño se porta siempre mal. Y como padres debemos intentar ser justos y congruentes con ello», añade García Barrera.
Porque además, continua esta especialista, muchas veces se tiende a idealizar el comportamiento del hijo que suele comportarse mejor, y se le regaña menos, se le castiga menos y, en definitiva, se suele tener más paciencia con él que con el que suele portarse peor. «A esto se le llama "trato diferencial", y afecta directamente al autoconcepto, la autoestima y el rendimiento del niño. De hecho, influye en sus respuestas comportamentales, ya que cuando el niño es consciente de que sus padres esperan que tenga un mal comportamiento, tiende aún más fácilmente a tenerlo», asegura esta profesora de Psicología.

Ámbito escolar

Y en el ámbito escolar sucede exactamente lo mismo, afirma esta especialista. «El docente suele tender a poner notas más bajas a aquellos estudiantes que suelen rozar el aprobado, y notas más altas a quienes suelen sacar sobresalientes, aunque por determinadas circunstancias no sea así... Y esto influye en el autoconcepto del alumno y lo que se siente capaz de hacer». En este sentido, propone García Barrera, «hay que prestar atención a los comentarios que realizamos en casa sobre las notas que obtienen nuestros hijos, sin encasillarles, ni esperar determinados resultados. Pero ojo, esto no quiere decir que no haya que exigirles, sino que hay que procurar escucharles, entenderles y animarles a sacar todo el potencial que llevan dentro».
En definitiva, debemos tener en cuenta que la capacidad autopercibida tanto del niño como del adolescente se modela en gran medida en función del «feedback» (respuesta) que le proporcionemos. «Lo que digamos acerca de sus capacidades y habilidades va a influir directamente sobre lo que se considere capaz de hacer. Por eso debemos motivarle y elogiar sus capacidades. Si el niño se siente capaz de hacer algo, y además siente interés por conseguirlo, actuará de forma motivada y será probable que alcance sus metas», concluye esta profesora.

Para potenciar la autoestima

viernes, 13 de junio de 2014

Los amantes mariposa

Recreación digital realizada por los alumnos de 5ºB del C.E.I.P. Cristo de la Paz sobre el libro de Benjamin Lacombe "Los amantes mariposa". Partiendo de dicha lectura, los alumnos han llevado a cabo un trabajo de creación utilizando diferentes fragmentos del libro. Este trabajo ha sido realizado por la alumna de prácticas Clara Rodríguez, en colaboración con Mª José Baña.